Abrazar la naturaleza: soluciones al cambio climático para un futuro saludable
Si hay algo seguro es que el cambio climático es inevitable. Sus efectos ya se notan en todo el mundo de diversas maneras, desde fenómenos meteorológicos extremos hasta amenazas a la seguridad de nuestras aguas y nuestros alimentos. Aunque algunos cambios pueden atribuirse a fenómenos naturales (erupciones volcánicas, radiación solar, movimientos tectónicos...), la actividad humana es la principal responsable de la frecuencia y gravedad mayores de las catástrofes naturales. Estas condiciones climáticas severas no solo cada vez más frecuentes, sino también mucho más difíciles de predecir.
Un clima cambiante puede afectar, directa o indirectamente, muchos aspectos de la sociedad y de modos potencialmente disruptivos. Las inundaciones y las sequías dañan nuestra agricultura, el aumento del nivel del mar erosiona nuestras costas y las tormentas desbocadas destruyen nuestros hogares y comunidades. En resumen, el cambio climático perjudica todos los ámbitos de la vida, incluidos servicios esenciales como el transporte, las telecomunicaciones, la energía y el abastecimiento de agua. Con el tiempo, los científicos prevén un aumento de los brotes de enfermedades, pérdida de vidas y desplazamientos de población, especialmente entre las poblaciones más vulnerables del mundo.
Para corregir el rumbo, necesitaremos una acción rápida y decisiva. Las soluciones naturales serán un componente esencial, tanto para el almacenamiento de carbono como para aumentar la resiliencia climática. Utilizar recursos naturales para hacer frente a los desafíos ambientales y climáticos tiene un enorme potencial para reducir los impactos negativos, preservando al mismo tiempo al planeta y sus habitantes. Veamos de cerca cómo la naturaleza puede ayudarnos a afrontar la crisis climática.
Índice
¿Cuáles son las soluciones al cambio climático?
Es fundamental que las soluciones para el cambio climático reduzcan los gases de efecto invernadero. Existen dos maneras de hacerlo: podemos dejar de emitirlos a la atmósfera y podemos ayudar a la Tierra a eliminarlos de la atmósfera. Hablamos de la mitigación del cambio climático, y su objetivo es reducir las emisiones a un nivel que la Tierra pueda soportar sin un mayor calentamiento.
Aunque estas acciones son esenciales, no son suficientes. Incluso si hoy estabilizáramos las emisiones de gases de efecto invernadero, los científicos predicen que el mundo seguirá calentándose mucho más allá de los 2 °C por encima de los niveles preindustriales. Anticipar y gestionar los efectos negativos del cambio climático es vital para ayudarnos a hacer frente a los impactos que ya se están produciendo y a los que se esperan en las próximas décadas. Es lo que se conoce como adaptación al cambio climático, que incluye todas las formas en que podemos cambiar, o adaptarnos, a los efectos del cambio climático para seguir alimentados, sanos y seguros.
Abrazar las soluciones climáticas naturales
Para que la acción climática sea sostenible, las soluciones climáticas saludables deben aprovechar el poder de la propia naturaleza. Combinadas con la reducción de los combustibles fósiles, las soluciones climáticas naturales ofrecen maneras inmediatas y rentables de atajar la crisis climática, al tiempo que fomentan los ecosistemas prósperos y las comunidades resilientes.
Las soluciones naturales al cambio climático incluyen una serie de estrategias que pueden reducir y eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo hacen aumentando la capacidad de los ecosistemas para absorber el dióxido de carbono o restaurando los hábitats dañados para que dejen de emitir gases de efecto invernadero nocivos. Al aprovechar la capacidad de la naturaleza para equilibrar sus sistemas ecológicos, las soluciones climáticas naturales ayudan a proteger, gestionar mejor y restaurar el medio ambiente, garantizando que pueda seguir prestando servicios esenciales del ecosistema.
Tres acciones contra el cambio climático que protegen el planeta
Proteger, gestionar, restaurar: esa es la fórmula básica. Actuar para regenerar tierras y ecosistemas es crucial para la eliminación de carbono adicional de la atmósfera y mejorar la salud de los suelos, la calidad de las aguas y la biodiversidad. También puede ayudar a evitar los peores efectos del cambio climático.
- Protección: los ecosistemas sanos pueden servir de amortiguadores naturales contra fenómenos extremos como incendios forestales, inundaciones y sequías. Algunos ejemplos son los arrecifes y las islas de barrera que protegen las costas de las marejadas ciclónicas, los ecosistemas de humedales que absorben las aguas de las inundaciones y las quemas «controladas» que eliminan el exceso de residuos forestales, reduciendo el riesgo de incendios forestales más destructivos.
- Gestión: una gestión eficaz de las soluciones naturales puede contribuir a mitigar el cambio climático. Por ejemplo, mejorar la gestión de los bosques mantiene los suelos en buenas condiciones para que puedan seguir funcionando como eficaces sumideros de carbono. Del mismo modo, adaptar las prácticas agrícolas a las cambiantes condiciones climáticas, por ejemplo, mediante cultivos más resistentes al calor y a la sequía, contribuye a la resiliencia alimentaria.
- Restauración: restaurar los hábitats degradados, aportando diversidad ecológica al paisaje, ayuda a reforzar la capacidad de la naturaleza para hacer frente al cambio climático y conduce a una mayor estabilidad de los ecosistemas. Tenemos que dedicar más superficie a la naturaleza. Por ejemplo, plantar árboles en las ciudades, recuperar tierras antes boscosas y revertir los flujos naturales a los humedales costeros y las turberas contribuirán a aumentar el secuestro de carbono.
Cuando se conservan, restauran y gestionan con prudencia, los ecosistemas naturales reducen las emisiones al absorber y almacenar grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Además de eliminar emisiones de la atmósfera, estas soluciones climáticas saludables aportan numerosos beneficios: aire y agua más limpios; control de las inundaciones y la erosión; aumento de la biodiversidad; y capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático.
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Soluciones climáticas naturales en acción
Mientras muchos de nosotros nos limitamos a hablar de posibles soluciones al cambio climático, miles de personas ya están actuando sobre el terreno. Muchos programas de conservación puestos en marcha en los últimos años despiertan la esperanza de un futuro climático más brillante. Estos proyectos, que abarcan los tres aspectos de las soluciones climáticas naturales –protección, gestión y restauración– trabajan para revitalizar ecosistemas antaño amenazados por la sobreexplotación, la conversión del suelo y la contaminación.
Una de las más inspiradoras es la iniciativa de la «Gran Muralla Verde» en África, cuyo objetivo es cultivar un mosaico de 8000 km de árboles, praderas y vegetación a todo lo ancho del continente, transformando la vida de millones de personas que viven en primera línea del cambio climático. Su objetivo es restaurar 100 millones de hectáreas de tierras degradadas, fijar 250 millones de toneladas de carbono y crear 10 millones de empleos verdes en las zonas rurales de toda la región del Sahel de aquí a 2030.
¿Cómo apoyan las normas ISO las soluciones de acción climática?
ISO está firmemente comprometida con el apoyo a los esfuerzos de protección climática. Las Normas Internacionales desempeñan un papel fundamental a la hora de promover la adopción de soluciones naturales al cambio climático en las zonas urbanas y rurales. Para ello, proporcionan a los agentes clave las herramientas necesarias para lograr una transición ecológica exitosa y respaldan las ambiciones políticas de los gobiernos para conseguir una economía más sostenible y neutral con respecto al clima.
En este contexto, ISO ha desarrollado normas ambientales con una cobertura amplia. Entre ellas figura el conjunto de normas ISO 14000 de sistemas de gestión ambiental, que detalla herramientas prácticas que las organizaciones pueden emplear para gestionar el impacto ambiental de sus actividades. Otros ejemplos son las normas para una agricultura, silvicultura, y biodiversidad «positivas» y sostenibles, además de otras soluciones naturales.
Acelerar la transición
Las soluciones naturales se están convirtiendo rápidamente en un componente central de las estrategias de los gobiernos locales para la acción ambiental y climática. Las soluciones climáticas que se inspiran y apoyan en la naturaleza ofrecen una forma holística y rentable de proteger, gestionar y restaurar el medio ambiente, al tiempo que aportan beneficios tangibles a la sociedad. Las soluciones naturales pueden generar ingresos para las comunidades locales y beneficiar a los municipios que dependen de estos recursos para la salud y el bienestar de sus residentes.
Llevar a escala las soluciones climáticas naturales exigirá un esfuerzo concertado y la ayuda de las normas ISO. El cambio climático es una amenaza mundial importante y creciente para la naturaleza, la biodiversidad y las personas. Sin embargo, la naturaleza también ofrece soluciones clave si la comunidad mundial toma medidas para proteger, restaurar y gestionar mejor sus recursos naturales. Todas las soluciones para controlar el cambio climático están a nuestro alcance; lo que necesitamos ahora es un esfuerzo colectivo para ponerlas en práctica / aplicarlas eficazmente.